Nono, Córdoba

Su nombre, lejos de hacer referencia a la designación que los nietos de italianos brindan a sus abuelos, se remonta a un pasado mucho más remoto. Fue el pueblo comechingón, que habitaba la zona, el que dio origen al nombre de esta localidad cordobesa.



En sus inmediaciones, se levantan dos redondos cerros con forma de senos; en lengua comechingón, Nuños significa pecho de mujer. La historia fue alterando aquella palabra aborigen que llegó hasta nuestros días como Nono.
En los márgenes de la ruta provincial 14 esta hermosa villa se alza al pie de una imponente cadena montañosa y refugia un verdadero paraíso que suma su belleza y apacible tranquilidad, al confort de sus cabañas y casas de alquiler. Además de los zigzagueantes arroyos que bajan de las altas cumbres, dos grandes cauces surcan el verde corazón de Nono. Uno de ellos, el Río los Sauces, cumple desde hace años la función de colectar las aguas de la región para volcarlas finalmente en el gran espejo del Dique la Viña.

El otro afluente es el Río Chico, que escurriéndose en su largo lecho de piedras, entre ollas y cascadas de blanca espuma, va conformando los múltiples balnearios naturales que brindan el marco ideal para disfrutar de la frescura y el aire de las sierras.

Luego de recorrer Nono, nos damos cuenta que los antiguos comechingones no sólo legaron el nombre a esta localidad. Entre sus calles de postal serrana y en sus alrededores de agua cristalina y tupido verde, los pobladores de Nono han aprendido de sus antecesores aborígenes a convivir en un perfecto equilibrio con el entorno, a mantener esa milenaria armonía entre la mano del hombre y la maravilla de lo natural.

Comentarios

Entradas populares