Gigantes que se recortan en los valles cordilleranos

Un fascinante recorrido que despega en Chilecito y vincula las huellas de una antigua mina de oro y plata sobre el Nevado de Famatina con las impactantes formaciones de piedra del Parque Nacional Talampaya. Además, la laguna Brava, una reserva natural de guanacos y flamencos en la Cordillera, a 4.600 metros sobre el nivel del mar.




La diversidad de colores deslumbra, la tranquilidad apacigua el alma y el silencio quiere que se lo escuche. Con todo eso se encuentra el visitante que llega a La Rioja y atraviesa sus caminos entre una naturaleza deslumbrante, que impone su presencia.
Es lo que sucede, por ejemplo, en las estaciones abandonadas de La Mejicana, la mina de oro que fue explotada a principios del siglo XX en Chilecito. Esta monumental obra de ingeniería levantada en el cerro Famatina no sólo requirió inversión e inventiva; instalar nueve puestos y llegar hasta los 4.600 metros de altura también demandó un gran esfuerzo humano y terminó con numerosas vidas.
La construcción del cable carril, declarado Monumento Histórico Nacional en 1992, tiene una extensión de 35 kilómetros. La obra se inició durante la presidencia de Julio Argentino Roca y estuvo a cargo de una empresa alemana, mientras que la firma inglesa Famatina Development se dedicó a explotar la mina desde 1904 hasta 1926.
La Mejicana es un lugar de contrastes. Al tiempo que llama la atención la belleza del paisaje, con caminos que se pierden y cerros con una amplia paleta de colores, representa también un símbolo de la expoliación que sufrió el país. En registros y libros guardados en el Museo Santiago Bazán se puede constatar que diariamente se extraían 300 toneladas de piedra. Así salía el oro que Ferrocarriles Argentinos llevaba, tras cuatro días de viaje, hasta el puerto de Rosario, última etapa antes de su destino europeo.
El pasado minero de Chilecito revive en el Museo del Cablecarril. En el pueblo también ameritan una visita a la casa de adobe, cañas, barro y vigas de algarrobo donde vivió Joaquín V. González, una escuela construida en 1910 que lleva su nombre y el Museo Molino San Francisco, que rescata el pasado diaguita y colonial en una finca del siglo XVIII.
Murallas rojizas
En tanto, por las rutas 40 y 76, a 200 kilómetros hacia el oeste de la capital riojana, el típico paisaje serrano, con su vistosa mezcla de verdes y marrones, deja paso a un rojo intenso. Es el anticipo de lo que vendrá: el imponente Parque Nacional Talampaya. Una lejana idea deja entrever la panorámica desde la espectacular Cuesta de Miranda, un tramo de ripio que atraviesa la ruta 40.
La reserva es un sitio único por su valor geológico, arqueológico y paleontológico. Y vale la pena que su desmesura sea descubierta: quien se pare junto a sus murallones rojizos, reproducidos en innumerables postales y fotografías, experimentará una sensación única y, a la vez, extraña.
Llama la atención de qué manera en un lugar desértico la vegetación se las ingenia para subsistir. Arbustos y plantas, como chañar y brea, hacen la fotosíntesis en sus tallos, de un verde intenso, y la aparición del algarrobo blanco confirma la presencia de napas cercanas. Todo eso puede verse en el Jardín Botánico, una de las paradas obligadas en los circuitos preparados para los turistas.
Tampoco pueden pasarse por alto los milenarios grabados rupestres que perduran en algunas piedras. Muestran los animales de la zona y recrean la vida del hombre en épocas pasadas. Para eso se utilizó la pátina barniz del desierto, compuesta por una oxidación de manganeso, hierro y sílice. Son pequeñas piezas de color negro, que dan indicios de un pasado lejano. A poco de iniciada la recorrida por la estación Petroglifos, también se observan morteros de piedra.
A lo largo del paseo por el desierto aparecen llamas, vicuñas, zorros y ñandúes, mientras los cóndores vigilan desde las alturas. Sus enormes alas extendidas parecieran abarcarlo todo.
A primera vista, todos los paredones del cañadón parecen similares, pero no lo son. A cada paso se descubren formas y relieves diferentes, destacándose La Catedral Gótica, un sitio en el que bien pudo haberse inspirado Gaudí.
A eso se suman las réplicas del Triásico, en un museo a cielo abierto ubicado junto al ingreso al Parque Nacional. Ese sendero temático recrea, gracias a la intervención de diferentes artistas, la vida de los dinosaurios que habitaron la región. La recorrida se hace a través de caminos delimitados, en los que no faltan carteles con la información científica necesaria para comprender lo que sucedió aquí hace más de 200 millones de años.
Entre las altas cumbres
Pero si todo esto no resulta suficiente, queda una alternativa: Laguna Brava, a 4.600 metros sobre el nivel del mar, próxima a la Cordillera de los Andes. Llegar hasta ahí demanda un largo y sinuoso recorrido entre cerros que presentan una multiplicidad de colores: el amarillo del azufre, el verde del cobre, el rojo del hierro y el negro del óxido de manganeso.
La Reserva Provincial sirve para proteger a la vicuña, que estaba en peligro de extinción. También es refugio de flamencos, que buscan su alimento y levantan vuelo. Al fondo del horizonte, el impactante panorama del espejo de agua y sal se completa con las siluetas de los volcanes Bonete y Veladero. Por la ruta 76 también se pueden apreciar el cráter Corona del inca –al pie del volcán Piscis–, el centro ritual precolombino Estrella de Vinchina, el Santurio de la Virgen de Andacollo y la Quebrada de la Troya.
En 2003, Laguna Brava se transformó en uno de los veinte Sitios Ramsar de la Argentina. Es decir, sus 450 hectáreas forman un humedal, que debe ser protegido por su rica biodiversidad. Se trata de un sistema de lagunas salinas de escasa profundidad, que se asemeja a una pista blanca o a un espejo que refleja las nubes.
No sólo es un mirador, que permite admirar cerros por los que andan guanacos y zorros colorados. También es un lugar atravesado por la historia, ya que el ascenso permite encontrar trece refugios que se construyeron durante la presidencia de Domingo Sarmiento.
Las construcciones de piedra se mantienen firmes, pegadas con una argamasa hecha con arena y rocas molidas, con el propósito de proteger a los arrieros que llevaban ganado hacia Chile. En la actualidad, las casitas se aprovechan para la aclimatación de los andinistas antes de empezar a escalar. Son los privilegiados que se preparan para disfrutar los incontables atractivos naturales de La Rioja desde otra perspectiva, sólo para audaces.

MINIGUIA
COMO LLEGAR. Desde Buenos Aires hasta La Rioja capital son 1.153 km por ruta 9 (Panamericana ramal Escobar) hasta Córdoba capital, ruta 20 hasta Villa Carlos Paz y ruta 38.
Aerolíneas tiene un vuelo de lunes a jueves y los sábados a las 12.35 sin escalas desde Aeroparque (2 hs.); regresa los mismos días a las 15.05. Ida y vuelta con impuestos en clase Económica, $ 1.689.
Bus semicama General Urquiza, Chevallier o Sierras de Córdoba desde Retiro (14 hs. 30’), $ 570 ida; cama, $ 645; ejecutivo, $ 705; suite, $ 810.
DONDE ALOJARSE. Habitación doble, desayuno, TV ca-ble, wi-fi, piscina, sauna y gimnasio en hotel Naindo Park, en La Rioja capital, $ 838; suite, $ 1.160; suite Master, $ 1.848 (www.naindoparkhotel.com).
Habitación doble con desayuno, TV cable, cochera, piscina y wi-fi en hotel Cuesta de Miranda, en Villa Unión, $ 300; triple, $ 350; cuádruple, $ 400 (www.hotelcuestademiranda.com).
Habitación doble, desayuno, TV cable y piscina en hotel Pircas Negras, en Villa Unión, $ 500; cuádruple, $ 650 (www.hotelpircasnegras.com).
Otras opciones: Plaza Hotel, en La Rioja capital (www.plazahotel-larioja.com); hotel Independencia (0380- 425-556) y hostería del ACA (0380- 422-201/2), en Chilecito; posada Montearenas, en Sonogasta (www.montearenas.com.ar).
QUE Y DONDE COMER En La Rioja capital: platos regionales, en el restaurante Orígenes; Torrontés se especializa en carnes.
En Chilecito: Casa de Piedra, La Herencia y El Rancho de Fierrito.
En Villa Unión: El Cardón.
QUE HACER. Excursión guiada desde La Rioja capital hasta el Parque Nacional Talampaya, $ 145 por persona (0351- 155709909). Travesía guiada hasta Laguna Brava y otros circuitos, (03825) 15521154/15400214.
Visita guiada y degustación en Bo-dega Minniti, en Sanagasta; botella de 750 cc de malbec, torrontés o merlot, $ 23 (www.bodegaminniti.com.ar).




INFORMACION
En Buenos Aires: Casa de La Rioja: Callao 745, 4813-3417/9.
En La Rioja capital, (0380)  442-6345/84.
info@turismolarioja.gov.ar
www.turismolarioja.gov.ar

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