Lugares asombrosos que tenés que conocer antes de morir


Destinos superconocidos, como Roma, o verdaderos misterios, como la Calzada del Gigante, en Irlanda, son sin dudas rincones de nuestro planeta que todo viajero debe visitar alguna vez en su vida. Por si querés desafiarte, aquí va la primera parte de una exhaustiva lista con lugares que todo el mundo debe ver antes de morir.




Cualquiera de las islas jónicas de Grecia es un pequeño y perfecto paraíso en el que perderse. Esta en especial, llamada Zakinthos, se caracteriza por sus cuevas marinas de color azul, y por ser la isla donde se encuentra Navagio, considerada una de las más hermosas playas de todo el mundo. Foto: Traveler



Con uno de los (posiblemente) topónimos más sugerentes del mundo, Bora Bora es un atolón de la Polinesia francesa, al norte de Tahití. A nadie extraña que su economía esté basada en el turismo: sus famosas aguas de color turquesa y esmeralda nos parecen motivo suficiente como para cruzar el mundo hasta llegar allí. Foto: Traveler



Los arrozales en la provincia china de Yunnan constituyen una de las imágenes más espectaculares de la China rural: se trata de gigantescas terrazas con cultivos de arroz que han popularizado a tal punto de ser un destino predilecto por los viajeros más aventureros. Foto: Traveler



El puente colgante que cruza el río Capilano (en Columbia Británica, Canadá) mide 136 metros y se eleva a unos 70 sobre el agua. Vale la pena una visita aunque sea una vez en la vida. Foto: Traveler



Campos de tulipanes en Holanda. El suelo arenoso holandés, ganado a las aguas, es perfecto para el tulipán, que hoy se extiende por todo el país. Son precisamente los holandeses quienes producen el 88% de los tulipanes que se comercializan en el mundo, cultivados en más de 10.800 hectáreas destinadas a ello. Son famosos los extensos y bellos campos de esta flor, en especial los que hay entre Leiden y Haarlem, que pueden recorrerse en bicicleta durante las primeras semanas de abril, momento álgido de su florecimiento. Foto: Traveler



En el condado de Antrim, en Irlanda del Norte, se ubica la Calzada del Gigante, un pequeño capricho de la naturaleza, Patrimonio de la Humanidad desde 1986, configurado por columnas de basalto de origen volcánico, que forman figuras geométricas por su rápida cristalización hace 60 millones de años. Foto: Traveler



Las Colinas de chocolate de Filipinas. Más de 1.200 colinas en forma de pico distribuidas en 50 km2 cambian su color verde de la vegetación que las recubre por un pardusco color marrón que les da la apariencia de estar hechas de chocolate. Son una de las formaciones naturales más conocidas de Filipinas y postulan para ser reconocidas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Foto: Traveler



En el Parque Nacional de Canaima, el Cerro de Roraima, también conocido como monte Roraima y Tepuy Roraima, es el punto más alto de la cordillera de las Tierras altas de Guayana, con 2.810 metros. Formado en arenisca, su composición geológica es una de las más antiguas del planeta, unos 2.000 millones de años, situándola en el periodo Precámbrico. Foto: Traveler



Conocidas desde antaño por las tribus limítrofes como Mosi-oa-Tunya (el humo que truena), las Cataratas Victoria hacen honor a su nombre tribal por el ruido que originan las aguas del río Zambeeze al caer, un salto de 108 metros de altura que consigue sobrecoger a todo el que las contempla. Más información: Un vistazo a las poderosas cataratas Victoria. Foto: Traveler



Bautizado así por Francisco Moreno, creador de la Sociedad Científica Argentina, el Glaciar Perito Moreno se extiende por el brazo sur del Lago Argentino, provincia de Santa Cruz, formando un frontal de 5 kilómetros de longitud por 60 metros de alto en el Parque Nacional de Los Glaciares. Todo un prodigio de la naturaleza. Foto: Traveler



La Plaza Roja de Moscú, una de las plazas más famosas del planeta, tiene cuatro costados de magnificencia y gloria: a un lado, la Catedral de San Basilio; a otro, la muralla del Kremlin. Y de propina, la tumba de Lenin. Foto: Traveler



El Parque Nacional de Yellowstone, en el estado de Wyoming, contiene muchas sorpresas naturales, entre las que destaca la Gran Fuente Prismática. Sus fascinantes colores se deben a la alta concentración de bacterias en sus aguas termales, dependiendo de su tipo y la temperatura las tonalidades varían del amarillo al azul, pasado por un rojo de gran intensidad. Foto: Traveler



Frente a la costa de Belice se ubica el Gran agujero azul, el mayor del planeta en su género. Su intenso color azul contrasta con el cercano turquesa de las playas del atolón que lo rodea, con una forma circular casi perfecta, es su profundidad de 125 metros la que le da esa tonalidad tan peculiar. Sus aguas esconden un microcosmos que da alberga un sinnúmero de especies marinas, siendo los tiburones Toro y los Cabeza de Martillo sus inquilinos más singulares. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el gran agujero azul de la costa de Belice es el fenómeno más grande del planeta en su tipo. Foto: Traveler



El ‘Preikestolen’ (o sea, ‘púlpito’ en noruego) es uno de los miradores más famosos y visitados de Noruega. Su escarpado perfil se cierne sobre las aguas del fiordo de Lyse. También lo incluimos en nuestra lista de los 50 destinos más peligrosos del mundo. Foto: Traveler



Uno de los puntos más carismáticos del río Colorado (Estados Unidos) es cuando dibuja este meandro casi circular abrazando una de las laderas del Cañón. Foto: Traveler



Las piscinas naturales de Pamukkale, al sudoeste de Turquía. En turco significa ‘Castillo de algodón’ y la razón es evidente, las irregulares y sugestivas piscinas naturales toman su tonalidad blanquecina gracias al alto contenido en carbonato cálcico. Famosa mundialmente como zona termal, Pamukkale se dibuja en terrazas, a modo de cascada congelada, por su lenta formación durante la era Cuaternaria que fijó las cavidades en la roca caliza y travertina. Foto: Traveler



El Palacio de Potala, situado sobre el monte rojo, es el símbolo de la capital de Tíbet, Lhasa, en el Himalaya. En su interior reside el Dalai Lama. Conocé más sobre este destino en nuestra nota Lhasa, el corazón del budismo que fascina el mundo. Foto: Traveler



En el norte de Grecia, cerca de la ciudad de Kalambaka, se encuentra Meteora, un conjunto de monasterios erigidos sobre enormes formaciones rocosas. Foto: Traveler



Si hubiera que elegir una capital para el mundo, esa sería Nueva York. Mitificada por el cine, la televisión y la literatura, es una ciudad que todos tenemos la impresión de conocer antes de haber puesto un pie en sus calles. Foto: Traveler



Petra, la Rosa del Desierto, la capital del antiguo reino nabateo, es uno de los yacimientos arqueológicos más sobrecogedores del mundo. Foto: Traveler




Svartifoss, también llamada la cascada negra, se ubica en el parque nacional del mismo nombre. Es una de las atracciones naturales más populares de Islandia. La forma hexagonal de sus paredes cubiertas por columnas basálticas negras, de ahí su nombre, se debe al rápido proceso de enfriamiento que sufrió el material volcánico del que se componen. Foto: Traveler



Las dunas y las lagunas del Parque Nacional de Lençóis Maranhenses en Brasil. Brasil es sin duda un país de contrastes, muy lejos de sus selvas tropicales, en el estado de Maranhäo, se extiende un desierto de 300 kilómetros cuadrados repleto de sinuosas dunas blancas y lagunas azules. Sí, lagunas. El Parque comprende un raro ecosistema que origina grandes concentraciones de agua en las depresiones del desierto debido al alto grado de precipitaciones de la zona, 1.600 mm, casi 300 veces más que en el desierto del Sáhara. Foto: Traveler



El Ponte Vecchio de Florencia, Italia. La ciudad es uno de esos motivos por los que hay que dar las gracias a la vida y a las compañías aéreas. Se explica solo. Bastará con pasear por su centro histórico, atravesar el Ponte Vecchio, y deambular entre la competición de opulencia que parecen librar sus fachadas, iglesias y palacios. Impresionante resulta el duomo de Cúpula de Santa María del Fiore o la Basílica de la Santa Cruz. Más sobre esta ciudad en: El pasado cobra vida en Florencia. Foto: Traveler



Situada frente a Hiroshima, la isla de Miyajima acoge un famoso templo, cuya puerta de entrada, conocida como Torii, es uno de los símbolos del Japón milenarioy una de las panorámicas más conocidas del país. El monumento, que permanece semi hundido, se convierte en toda una atracción cuando baja la marea y se puede acceder a él. Además, en el mes de febrero, durante el segundo fin de semana, la isla acoge otro reclamo turístico en su pequeño territorio, el Festival de las ostras, uno de los más apreciados en el país del Sol Naciente. Foto: Traveler


“Nunca atravesé una soledad mayor”, escribió el autor alemán Theodor Fontane sobre su viaje a este lugar en 1858. La costa oeste de las Highlands de Escocia, sin cobertura de teléfono o servicio de Internet, es a pesar de esto un destino ineludible en la vida de cualquier viajero. Entre fiordos rodeados de escarpadas montañas, lagos encantados y castillos medievales, allí no existe el estrés. Conocé más de las Highlands escocesas en esta nota. Foto: Traveler


Roma es una ciudad viva y, al mismo tiempo, anclada en el tiempo. En cada esquina nos espera un testimonio de su inmenso y hermoso pasado. En temporada baja, es una invitación a la tranquilidad. Foto: Traveler


Spitbergen es la isla más grande del archipiélago noruego de Svalbard, situada entre el océano Ártico, el mar de Barents y el mar de Groenlandia, tiene una superficie de 39.044 kilómetros cuadrados. Además de por su belleza glacial y por ser una de las zonas del mundo donde se puede disfrutar de la luz del sol las 24 horas del día durante el mes de junio, Spitbergen es conocida por albergar la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, excavada en una montaña de la isla. Foto: Traveler


Que Praia Caneiros sea la zona más visitada de Portugal no es una mera casualidad. El Algarve es sinónimo de tranquilidad, equilibrio y playas encantadoras. Foto: Traveler


Las Rock Islands, situadas en Micronesia, son un paraíso para los amantes del buceo, y la última de las sugerencias. La próxima semana, la segunda parte de nuestra lista de lugares que tenés que conocer antes de morir.

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